martes, 22 de marzo de 2011

II

Por un momento olvide lo salado de las lágrimas,
y lo doloroso del dolor
fue en ese intervalo
que comprendí que era bellísima.

Que la flores son la delicia
mas placenteras ante la desquicia
que me provoca su presencia;
el pronunciar su nombre.

Por eso nunca lo he pronunciado
porque ni siquiera se de quien hablo
solo se que hablo de ella
y pido disculpas.

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